Los hitos del desarrollo del bebé a los 7 meses de edad

Por un escritor de hombre misterioso

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De los cuatro a los siete meses de edad los bebés experimentan muchos cambios. En esta etapa aprenden a coordinar el uso de sus sentidos y el uso de sus extremidades. Aprenden a girar, a sentarse y muchos incluso a gatear. Para esta edad los padres también notarán que sus hijos están más despiertos y buscan más interacción con otras personas de su círculo. Es importante que ellos reciban estimulación para potenciar su desarrollo. Hitos del movimiento y de los sentidos Los bebés aprenden a girar de su espalda a su abdomen y viceversa. También logran sentarse con apoyo de sus manos pero poco a poco dejan de necesitar ese soporte, explica la organización Healthy Children de la Academia Americana de Pediatría. A los siete meses ya son capaces de sostener todo su peso en sus piernas y tratan de alcanzar objetos con sus manos. Otra característica es que los niños son capaces de pasar objetos entre sus manos. En el área visual los niños ya tienen visión a color al 100% y su vista a distancia también madura. Hitos cognitivos y del lenguaje Los bebés ya reconocen su nombre y entienden el ‘no’. También son capaces de distinguir el tono de voz para reconocer diferentes emociones. Responden al sonido balbuceando y usan su voz para expresar alegría y malestar. En el área cognitiva, los niños ya son capaces de encontrar objetos escondidos, explorar con sus manos y boca. Habilidades sociales y emocionales A los siete meses de edad los niños ya son más sociables. Disfrutan jugar con sus padres y están muy interesados en el contacto social. Empiezan a tratar de imitar gestos. Por otro lado, las imágenes en espejos llaman su atención y tratan de responder a las expresiones de otras personas. Sonríen cuando están felices y lloran cuando se sienten tristes. Señales de alerta Aunque todos los bebés se desarrollan a ritmos distintos, hay ciertas señales de alerta que los padres deben tomar en cuenta para detectar a tiempo cualquier problema. Algunas de estos signos incluyen tener los músculos rígidos, no poder sentarse, no muestra afecto o no intenta relacionarse con las personas a su alrededor, tiene dificultades para llevarse objetos a su boca, no hace sonidos y no intenta balbucear.